martes, 14 de febrero de 2012

Curiosidades sobre la sal

La sal ha pasado de ser un simple condimento a un ingrediente protagonista. En las cocinas de los mejores restaurantes y de los más siberitas es fácil encontrar variedades como Sal del Himalaya, Flor de Sal, Madon, de Bretaña, escamada, negra, ahumada y enriquecida con hierbas o micronutienes.

Los egipcios ya empleaban la sal para embalsamar a las momias. Así que se utiliza como conservante desde hace más de 3.500 años.

Nuestro "salario" deriva de la sal. Al parecer, el Imperio Romano pagaba a sus legionarios con sal (findamental para la consrvación de los alimentos en la época) y de ahí derivó la palabra.

Conviene tener siempre un paquete de sal de repuesto en la despensa. Se trata de "el condimento por excelencia", ya que además actúa como conservante y tiene múltiples usos, tanto en la cocina, como en nuestro día a día (limpieza, eliminador de manchas, belleza, salud...).

¿Por qué se añade sal a la nieve? El punto de congelación del agua es 0ºC, pero al añadir sal, se consigue que el punto de congelación descienda hasta los -21ºC.

En España se consumen 6.9 gramos de sal por persona y día, según datos del Instituto de la Sal. Para establecer esta cifra se han tenido en cuenta el consumo directo de sal y el porcentaje de producto que se deshecha en numerosos platos y preparaciones.

La sal puede mitigar el humo de un fuego o de las brasas. Así que si quieres apagar el fuego, puedes echar un buen puñado de sal gorda encima de las brasas. Lo mismo sucede para conseguir una barbacoa sin humo: un puñado de sal gruesa sobre las brasas es suficiente.

Los recién nacidos no distinguen el sabor salado hasta pasados cuatro meses de su nacimiento.

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